Trabajamos las 24 horas los 365 días del año, para que el agua que usaste pueda volver al río en óptimas condiciones cumpliendo con los más altos estándares de calidad, para cuidar nuestra principal fuente de agua y el futuro de las generaciones venideras.
Para eso recolectamos los líquidos cloacales generados dentro del área de la concesión -incluyendo los afluentes industriales que está permitido volcar al sistema cloacal-, los transportamos por una red de más de 16.100 km de cañerías de diferentes tamaños, los tratamos mediante un complejo proceso y los volcamos en los cuerpos receptores en condiciones reguladas por las reglamentaciones vigentes.
Tratamos los líquidos provenientes de la red cloacal troncal con el objetivo de remover los sólidos gruesos (residuos sólidos urbanos que se generan en los hogares), las grasas y la materia orgánica que se encuentra en forma de partículas y disuelta a través de un proceso biológico. Una vez terminado este tratamiento los efluentes son vertidos en el cuerpo receptor (Río de la Plata, Reconquista y Matanza) en condiciones aptas para el medio ambiente.
Nuestras estaciones de bombeo impulsan los líquidos cloacales de microcuencas hacia conductos de grandes diámetros de la red cloacal troncal. Desde allí fluyen hacia una planta depuradora para ser tratados.
Las cloacas máximas son grandes conductos de hasta 4 metros de diámetro que permiten transportar la mayor parte de los líquidos cloacales de la Ciudad de Buenos Aires hasta el Establecimiento Wilde.